Un día como cualquier otro
En forma de soledad
Con sabor a lágrimas,
Y con ese pequeño agujero
En el estómago.
Los ojos hinchados de tanto llorar
El corazón partido de recuerdos,
el teléfono vacío,
Y con el pensamiento nefasto
De caer en cuenta
que esta época
es de amores de cajón,
De noches,
De bares y
De encuentros
Que, Se olvidan a un clic de distancia
En esta época
En la que es tan fácil
Despedirse de las personas
Por medio de un audio,
Un mensaje,
Una llamada,
O de una frase “cuídate, que Dios te bendiga”
En esta época
En la que es tan fácil
Acabar con las personas
Lentamente
Intensamente
Y con mil dudas
Tu decides acabar con la poca cordura que me queda…………